Laica, una bodeguero andaluz, junto a su dueño Carlos Javier Diarte - ambos de Langa del Castillo (Campo de Daroca)- se alzaban este domingo con el primer premio de la segunda edición del Concurso Nacional de perros truferos Sierra de Moncayo con el que se daba por finalizada la Feria de la Trufa de Vera de Moncayo. Laica localizaba un total de cuatro trufas en la final, las cuales le valieron el primer puesto, con un premio de 1.000 euros y pienso Fochert para todo el año.
Tras más de tres horas de competición entre la fase clasificatoria, en la que participaron 18 perros llegados de toda España, y la posterior final, el segundo puesto recaía sobre Lima, una deutsche drahthaar y su adiestradora Leticia Sopena, procedentes de Santaliestra (Huesca), tras hacerse con tres de estos cotizados hongos. En este caso, el premio era de 500 euros y 6 kilos de pienso.
El tercer puesto se iba para Torralbilla, de nuevo en Daroca, de la mano de Pater –un paterdele terrier- y Oleg Sabirón que lograron hacerse con dos trufas en la final, consiguiendo un premio de 250 euros y 3 kilos de pienso.
Así se daba por finalizada esta nueva edición de la Feria de la Trufa de Vera de Moncayo, que tenía como otro de sus actos centrales la subasta pública de las trufas ganadoras del II Concurso de Trufas de la localidad que tuvo lugar la noche del sábado. Los ganadores fueron Yolanda Gracia, que se llevó los premios de categoría aroma, y presencia y Raquel Martínez, que se hizo con la categoría de tamaño. Este último ejemplar, con un peso de 505 gramos, alcanzaba un valor de 2.000 euros durante la subasta pública posterior, que se llevaba Miguel Ibáñez, gerente del restaurante Molino de Berola.
En cuanto a la mejor trufa por cuestión de presencia, se la llevaba Paula Sanz por 250 euros mientras que Francisco Nasarre, de quesos de Guara, se hacía con la mejor trufa según aroma pujando 350 euros. Finalmente, Rebeka Collantes se llevaba una cuarta pieza, la del sorteo amateur, por 130 euros. El dinero recaudado se repartirá entre el propietario de la trufa (40%) y la organización de la feria (30%), mientras que el resto se destinará a la ONG World Central Kitchen, proyecto solidario del conocido chef José Andrés.
Ángel Bonel, alcalde de Vera de Moncayo, ha celebrado el éxito de asistencia a la feria, cuya cifra de visitantes ha estado muy cerca de la registrada en la edición anterior, celebrada semanas antes del inicio de la pandemia. “Hemos realizado una fuerte apuesta, ampliando el espacio de exposición de 500 a 850 metros cuadrados, en los que encontramos 26 puestos de temática de lo más variada, con la trufa como gran protagonista”, explica. Entre los presentes, empresas especializadas en riego, fertilizante, comercialización o vendedores de este codiciado hongo; tanto locales, como nacionales e internacionales. “También hemos contado con productos especializados como embutidos o quesos trufados que han permitido a los asistentes disfrutar de este manjar en diferentes expresiones”, añade Bonel.
Otro de los eventos centrales de esta primera jornada era la cata maridada que discurría en el Monasterio de Veruela de la mano del restaurante Ullate con un rotundo éxito de convocatoria y que giraba en torno a tres productos de excepción que conforman “un triángulo mágico”: la trufa, el vino premium de la D.O.P Campo de Borja y los aceites de Sierra de Moncayo. Una cita de altura a pies del Moncayo.
Por su parte, el padrino de esta quinta edición, el chef Estrella Michelin Koldo Royo -pionero del foodtruck en España-, se calzaba el delantal y se ponía frente a los fogones de la feria con uno de los showcookings temáticos en el Pabellón Municipal, donde los asistentes pudieron degustar durante todo el fin de semana las propuestas gastronómicas -todas ellas trufadas- de dos foodtrucks.
Durante la jornada también discurrían las charlas profesionales: ‘Qué nos importa saber de la trufa. Asentando conocimientos y desmontando mitos y errores habituales’ a cargo de Juan Barriuso, profesor de la Universidad de Zaragoza, ‘Calidad aromática de la trufa, del manejo en campo a su tratamiento en la mesa’, con Pedro Marco, investigador del CITA y ‘Bioestimulación en truficultura’ con Miguel Olivas y Javier Roy de Fertiberia Tech.